06 septiembre 2013

RIDDICK: THE FAST & THE FURYANO


     Vuelve Riddick, el furyano favorito de todos, con esta tercera entrega que retoma el estilo de la Pitch Black fundacional. Las presiones de un gran estudio como Universal llevaron al director a embarcarse con Las Crónicas de Riddick en una space opera de grandes proporciones que nunca terminó de satisfacerlo. Twohy siempre afirmó querer regresas a las raíces, a una historia de superviviencia , monstruos temibles y pocos personajes. Y en esta tercera entrega es precisamente lo que nos ofrece.

      Riddick se convierte en un retorno a la ciencia ficción más básica, más dura, más salvaje si se prefiere, que tantas estanterías de videoclub llenó en los años ochenta. Un puñado de tipos duros, carismáticos todos, armados de grandes ametralladoras, abandonados en un inhóspito planeta luchando por sobrevivir contra oleadas de criaturas alienígenas con aviesas intenciones. Es, en otras palabras, el Depredador del nuevo milenio. Una cinta de acción y aventuras construida sobre la base de la arrolladora personalidad no solo de su protagonista sino de un escuadrón de mercenarios intergalácticos que se ganan la simpatía del espectador. Especial atención a los personajes del español Jordi Mollá, un inconmensurable Dave Bautista y una enorme Katee Sackhoff que gracias a los ingeniosos y siempre afilados diálogos de Twohy consiguen mantenernos con la sonrisa en la cara (incluso soltar alguna que otra carcajada) entre una secuencia de acción y la siguiente. En el lado negativo hay que reseñar que la película cae en ese abismo al que parecen abocadas todas las producciones recientes en el que el guión presenta ciertos deslices, trampas o agujeros para poder hacer avanzar la acción, recurriendo al argumento del "porque sí" cuando habrían sido facilmente salvables puliendo un poco el guión. Una verdadera lástima porque son esos pequeños detalles los que la alejan de ser una obra mucho más redonda.

      No es probablemente Riddick una película para todos los paladares, menos aún para aquellos que viven agradablemente acomodados en el reino de lo políticamente correcto. Riddick es diversión sin complejos y se agradece. Disfrutamos de la más salvaje y entretenida lucha por la superviviencia en imposibles paramos interplanetarios a ritmo de sangre, acción y machadas. El matón de las galaxias ha vuelto. Los hombres le temen, las mujeres le desean y el espectador no puede sino agradecer el retorno de un cine de entretenimiento honesto y directo que no rinde cuentas ante nadie.

8 mercenarios sobre 10

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